Cartagena es una de las pocas ciudades de
la Hispania antigua que dispone de un abundante y variado conjunto de fuentes
literarias que hacen referencia a ella, entre las que debemos destacar la
espléndida descripción de su topografía que realizó el escritor griego Polibio,
cuando visitó la ciudad hacia el año 144 a.C. La ciudad estaba situada en una
península rodeada al sur y al oeste por el mar Mediterráneo, al norte por una
laguna o estero y al este estaba unida al continente por una pequeña franja de
terreno que constituía prácticamente la única comunicación con tierra firme.
Esta entrada estaba flanqueada por dos elevaciones llamadas Aletes, el moderno
cerro de San José y Vulcano, el actual cerro de Despeñaperros, a continuación
el cerro más elevado Mons Esculapi (Cerro de la Concepción), frente a este el
Arx Asdrubalis (Molinete) y Cronos (Monte Sacro). Está singular topografía
condicionó la evolución de su urbanismo a lo largo de toda su historia.
En el verano de 237 a.C. el clan
de “los Barca” liderado por Amílcar desembarca
en la península Ibérica. Sabemos de la presencia de su yerno, Asdrúbal, y
de sus hijos “los leoncillos” entonces todavía unos niños.
Qart
Hadasht, (“la Nueva Carthago”) fundada por Asdrúbal con
ese nombre, doce años después de la llegada de los Barca a
la Península Ibérica, estaba siendo la base de operaciones
del ejército cartaginés, la sede de las estructuras administrativas y
militares desde la que se controlaba el resto del territorio púnico. Pero
durante aquella guerra con Roma, la ciudad se había convertido también en el
lugar desde el que partían gran parte de los aprovisionamientos y donde
descansaban las tropas durante el invierno. Los cartagineses habían
atacado Roma a través del sur de Francia y los Alpes.
Fundada por el cartaginés Asdrúbal hacia el año 227 antes de Cristo,
siendo llamada originalmente Qart Hadasht. Parece ser que, hacia el siglo VI a.
C., existió un asentamiento autóctono denominado Mastia, que aparece citado en
la Ora Marítima de Avieno (siglo IV a. C.). No obstante, también se
sabe que el área de la actual Cartagena estuvo habitada desde la Prehistoria, y
que su puerto era escala obligada para fenicios y griegos.
La elección del lugar para la fundación de Carthago Nova debió deberse a sus excelentes facultades como fondeadero de naves, lo que convirtió a la ciudad en una poderosa base para la expansión cartaginesa por la Península Ibérica. Otros factores debieron ser la riqueza minera de la sierra cercana, la existencia de una laguna interior y la proximidad de una serie de colinas, que facilitaban su defensa.
La elección del lugar para la fundación de Carthago Nova debió deberse a sus excelentes facultades como fondeadero de naves, lo que convirtió a la ciudad en una poderosa base para la expansión cartaginesa por la Península Ibérica. Otros factores debieron ser la riqueza minera de la sierra cercana, la existencia de una laguna interior y la proximidad de una serie de colinas, que facilitaban su defensa.
El nombre de Carthago Nova – Qart Hadasht – le vino dado por tratarse de una nueva capital cartaginesa, por lo que debió de contar con excelentes construcciones y un gran desarrollo urbanístico, semejantes al de la metrópoli. Las cinco colinas que rodeaban la ciudad fueron dedicadas a otras tantas divinidades mediterráneas (montes Arx, Asdrúbalis, Cronos, Aletes, Hefestos y Asklepios).
Precisamente en el año 209, durante la Segunda Guerra Púnica, Carthago se
convierte en ciudad romana, al ser conquistada por Publio Cornelio
Escipión. A partir de este momento, Carthago comienza un periodo de gran esplendor,
conociendo una expansión demográfica y urbanística, que le dota de excelentes
edificios.
La historia de esta ciudad es amplia y compleja. Su importancia se observa en
numerosos escritos griegos y romanos que datan sus orígenes hacia el año 1184
a.C., con sucesivas “colonizaciones” de tribus íberas y expediciones fenicias.
Podemos decir que la ciudad como tal fue fundada por Asdrúbal, yerno de Amílcar y tío de Aníbal, en el año 229 a.C. con el nombre de Qart-Hadasht con la intención de que fuese la nueva capital del imperio cartaginés en Occidente. Para su protección construyó una muralla que cubría el istmo de entrada. Estaba compuesta por dos muros paralelos, separados unos 5 m. y unidos por otros perpendiculares, de fábrica de sillares de arenisca, con una altura de hasta 4 metros.
Los últimos datos que demuestran la
presencia del Palacio de Asdrúbal en el cerro del Molinete por el
arqueólogo Iván Nogueruela, a raíz de la cita clásica de Polibio de
Megalópolis donde dejo reflejado el imponente palacio de Asdrúbal, aunque poco
se conoce de la etapa punica en la ciudad ya que se encuentran ocultas bajo los
niveles de la época posterior, la Carthago Nova romana.
Las campañas de excavación realizadas le ha permitido encontrar tramos de roca
madre y trazas de muros milenarios reutilizados en etapas posteriores, las
conclusiones del arqueólogo Negueruela es que fueel palacio de los Bárcidas y
que era un gran edificio excavado en la roca de las laderas del cerro del
Molinete, en forma de terrazas para permitir la superposición de alturas, muy
novedoso para la época en todo el Mediterráneo.
Desde Qart-Hadasht partieron en el año 219
a.C. las tropas de Aníbal a la conquista de Sagunto y luego hacia Roma. Pero
posiblemente el hecho histórico más relevante de su época púnica fue su
conquista por Publio Cornelio Escipión en el 209 a.C. que cambió la vida de la
ciudad ya que se incorporó al imperio romano.
Este imprimió a la población un fuerte carácter comercial, edificó puertos y grandes edificios comerciales. Más tarde bajo el mando del emperador Augusto se empezaron a construir las grandes obras civiles como el teatro y la urbanización de un impresionante foro. Carthago Nova pasó a ser una de las ciudades capitales el imperio en la península, solo igualada por Tarraco.
Este imprimió a la población un fuerte carácter comercial, edificó puertos y grandes edificios comerciales. Más tarde bajo el mando del emperador Augusto se empezaron a construir las grandes obras civiles como el teatro y la urbanización de un impresionante foro. Carthago Nova pasó a ser una de las ciudades capitales el imperio en la península, solo igualada por Tarraco.
En el conjunto arqueológico de “El Molinete” situada en la colina con
ese nombre “Arx Asdrubalis en tiempos romanos”, ya se ha localizado el podium,
con parte de la escalinata del templo, y varios tramos de muros con fabrica
“opus africanum” -piedras pequeñas a medianas y a intervalos grandes sillares
en disposición de pilar de sujeción.
Además de varios templos porticados, casi
todos desaparecidos, son dignos de mención el magnífico Teatro de
Carthago Nova, el anfiteatro y la necrópolis de Torre
Ciega, con el monumento funerario de Tito Didio.
Cuando Diocleciano remodeló la Hispania, Carthago Nova pasó a ser la capital de la provincia Carthaginensis. Se construyeron termas y se remodeló el Teatro. Realmente se construyó encima suyo utilizando parte de él como cimentación, un gran almacén y también se diseñaron nuevas necrópolis.
Los pocos restos bizantinos unidos a los escritos posteriores nos hacen pensar de la importancia de esta ciudad hasta la llegada de los árabes. Estos la llamaron Qartayanna. Luego apareció una ciudad medieval con un castillo y su Torre del Homenaje. La actual muralla y sus fortificaciones marítimas fueron construidas en las primera monarquías borbónicas.
Cuando Diocleciano remodeló la Hispania, Carthago Nova pasó a ser la capital de la provincia Carthaginensis. Se construyeron termas y se remodeló el Teatro. Realmente se construyó encima suyo utilizando parte de él como cimentación, un gran almacén y también se diseñaron nuevas necrópolis.
Los pocos restos bizantinos unidos a los escritos posteriores nos hacen pensar de la importancia de esta ciudad hasta la llegada de los árabes. Estos la llamaron Qartayanna. Luego apareció una ciudad medieval con un castillo y su Torre del Homenaje. La actual muralla y sus fortificaciones marítimas fueron construidas en las primera monarquías borbónicas.
Cuando nos referimos a la época Cartaginesa de la ciudad, fue fundada
por Asdrúbal en el año 229 a.C. con el nombre de Qart-Hadasht y
bajo su dominio se desarrollo hasta el año 209 a.C. cuando Publio
Cornelio Escipión la incorporó a la Hispania romana pasando a
llamarse Carthago Nova.
La importancia económica de la ciudad fue
explotada por los romanos: su situación estratégica y la minas cercanas le
convirtieron una colonia importantísima y en constante evolución. Se empezaron
a construir diversas infraestructuras básicas que culminaron con la
remodelación del puerto, imprescindible para el comercio. Ya en época del
emperador Augusto se construyó el teatro, el anfiteatro y el
foro que significaron un cambio en la estructura urbana de la ciudad y
también política, ya que paso a ser oficialmente Colonia Urbs Iulia
Nova Carthago, condición que solo ostenta Tarraco. El emperador Augusto fue
el gran precursor de la ciudad y sus conceptos y estructuras continuaron
vigentes en esta ciudad hasta el Siglo II.
Se urbaniza la ciudad con las normas romanas: calles perpendiculares que
determinan los módulos donde se ubican las viviendas o edificios públicos.
Se establecieron barrios
selectivos dependiendo de la situación socio económica de sus dueños y
de la actividad a realizar en cada zona: en el centro, articulando la vida
social, se ubicó el foro presidido por un templo y
rodeado por otros edificios dedicados a Augusto –Augusteum-.
En la parte oeste de la ciudad se ubicaron los espacios públicos y la zona este
las viviendas privadas para una clase acomodada o alta. Hay
pavimentos de mármol opus sectile, mosaicos, y las paredes
están decoradas con pinturas.
Las grandes ciudades necesitaban grandes
necrópolis para sus muertos. La Torre Ciega es un monumento
funerario dedicado a Tito Didio y forma parte de este conjunto funerario.
A principios del Siglo III el declive de
la ciudad es evidente, la vida se concentra en torno al puerto y la ciudad
también, modificándose la estructura anterior. Este cambio fue más evidente al
ser elegida como capital de la nueva provincia Carthaginensis por Diocleciano
-S. IV-. El teatro se convierte en almacén y comercio, dividiéndolo en dos y
utilizando además sus elementos constructivos -capiteles, fustes- para su
cimentación. Esta dinámica es seguida prácticamente con todas las nuevas
construcciones, termas, tiendas….
Los restos de la
época romana que nos quedan son:
§ El Teatro. Construido en el Siglo I por el emperador Augusto
para engrandecer tanto en las representaciones, como en su decoración a su
divina persona. Se utilizó la ladera del actual monte de la Concepción -Mons
Aescullapii- para construir el gradería.
§ El Anfiteatro. Sobre esta construcción romana del Siglo I. se
han edificado sucesivos edificios. En concreto, actualmente está la Plaza de
Toros construida en 1854.
§ En el foro podemos distinguir el Augusteum un
conjunto de edificios dedicados al culto de los emperadores romanos. Un templo presidía
el conjunto, situado en el actual cerro del Molinete.
Una columnata que
soportaba un pórtico peatonal y la calzada inmediata,
posiblemente de la calle principal -decumanus-. En uno de sus laterales hay
restos de las termas.
BIBLIOGRAFÍA E IMÁGENES
1. La topografía en Carthago Nova,
Estado de la cuestión por Miguel Martínez Andréu, Museo Arqueológico Municipal
de Cartagena.
2. Guía Didáctica CARTHAGO NOVA
3. Fundación del Teatro Romano,
Elena Ruiz Valderas, Directora del Museo del Teatro Romano de Cartagena.
4. Biblioteca Arqueológica
Hispánica 44.
5. “El Magnifico Palacio de Asdrúbal en
Cartagena: Cerro del Molinete”, de Iván Negueruela Martínez, Real Academia de
la Historia, Madrid 2015.
6. Imagen Virtual/ Carthago Nova
7. Fundación
Integra / Región de Murcia Digital
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